sábado, 16 de enero de 2010

Más trabajo para nada (III)...

EXTRACTOS DE CUADERNO DE TRABAJO PARA NADA:

17-07-09 "Camino de Sarvisé a Broto"

"Caminando por el bosque, sonaban dos voces femeninas de ópera, anunciaban la muerte. De un momento a otro, pensé, encontraré mi tumba. En medio del largo y profundo camino visualizaba un ataúd abierto que me esperaba. No paraba de llorar, pero tampoco de caminar. La idea de la muerte ronda mi cabeza: ¿será el final? ¿por qué y para qué estamos aquí realmente? Ahora tengo miedo, pero no quiero parar de caminar ni de vivir, la muerte vendrá cuando quiera, a veces, estando vivo me he sentido completamente muerto por dentro..."


Es una auténtica lástima...

Últimos apuntes de "La Náusea" (V)...

¿Así será el fin de los días?

"Una madre mirará la mejilla de su hijo y le preguntará: ¿Qué tienes ahí? ¿Un grano?. Y verá que la carne se hincha, se resquebraja un poco, se entreabre, y en el fondo de la grieta aparecerá un tercer ojo, un ojo risueño. O sentirán suaves roces en todo el cuerpo, como las caricias que los juncos hacen a los nadadores en los ríos. Y sabrán que sus ropas se han convertido en cosas vivas. Y se acercará a un espejo, abrirá la boca; y su lengua se habrá convertido en un enorme ciempiés vivo, que agitará las patas y le arañará el paladar. Querrá escupirlo, pero el ciempiés será una parte de sí mismo y tendrá que arrancárselo con las manos.
Y aquel que esté dormido en su buena cama, en su dulce cuarto caliente, se despertará desnudo en un piso azulado, en un bosque de vergas zumbantes, erguidas, rojas y blancas, hacia el cielo, con grandes testículos medio salidos de la tierra, velludos y bulbosos, como cebollas. Y revolotearán pájaros alrededor de estas vergas y las picotearán y las harán sangrar. El esperma correrá lenta, suavemente, de esas heridas, esperma con sangre, vidrioso y tibio, con burbujitas.
Hombres solos, completamente solos, con horribles monstruosidades, correrán por las calles, pasarán lentamente delante de mí, con los ojos fijos, huyendo de sus males y llevándolos consigo, con la boca abierta y su lengua-insecto batiendo las alas. Entonces lanzaré una carcajada, aunque mi cuerpo esté cubierto de sucias costras opacas que se abrirán en flores de carne, en violetas, en ranúnculos. Me apoyaré en la pared y les gritaré al pasar: ¿Qué habéis hecho de vuestra ciencia? ¿Qué habéis hecho de vuestro humanismo? ¿Dónde está vuestra dignidad de cañas pensantes?."

La Náusea de Jean-Paul Sartre.

Últimos apuntes de "La Náusea" (IV)...

"Soy libre: no me queda ninguna razón para vivir, todas las que probé desaparecieron y ya no puedo imaginar otras. Todavía soy bastante joven, todavía tengo fuerzas bastantes para volver a empezar. Pero ¿qué es lo que hay que empezar? Sólo ahora comprendo cuánto había contado con Anny para salvarme, en lo más fuerte de mis terrores, de mis náuseas. Mi pasado ha muerto. M. de Rollebon ha muerto. Anny volvió para quitarme toda esperanza. Estoy solo en esta calle bordeada de jardines. Solo y libre. Pero esta libertad se parece un poco a la muerte."

"Toda mi vida está detrás de mí. La veo entera, veo su forma, veo los lentos movimientos que me han traído hasta aquí. Hay pocas cosas que decir de ella: una partida perdida, eso es todo. Había perdido la primera vuelta. Quise jugar la segunda y también la perdí; perdí la partida. Al mismo tiempo, supe que siempre se pierde. Sólo los cabrones creen ganar. Ahora voy a hacer como Anny, me sobreviviré. Comer, dormir. Dormir, comer. Existir lentamente, dulcemente, como esos árboles, como un charco de agua, como el asiento rojo del tranvía".

"Me aburro, eso es todo. De vez en cuando bostezo tan fuerte que las lágrimas me ruedan por las mejillas. Es un aburrimiento profundo, profundo, el corazón profundo de la existencia, la materia misma de la que estoy hecho. No me descuido, por el contrario; esta mañana tomé un baño, me afeité. Sólo que cuando pienso en todos esos pequeños actos cuidadosos, no comprendo cómo pude ejecutarlos; son tan vanos."

La Náusea de Jean-Paul Sartre.

Últimos apuntes de "La Náusea" (III)...

"Yo creía que el odio, el amor o la muerte bajaban sobre nosotros como las lenguas de fuego del Viernes Santo. Creía que era posible resplandecer de odio o de muerte. ¡Qué error! Sí, realmente, pensaba que existía "el Odio", que venía a posarse en la gente y a elevarla sobre sí misma. Naturalmente, sólo existo yo, yo que odio, yo que amo. Y entonces soy siempre la misma cosa, una pasta que se estira, se estira... y es siempre tan igual que uno se pregunta cómo se le ha ocurrido a la gente inventar nombres, hacer distinciones."

La Náusea de Jean-Paul Sartre.

Últimos apuntes de "La Náusea" (II)...

"Era un rey que había perdido una batalla y había caído prisionero. Estaba en un rincón, en el campo vencedor.  Ve pasar a su hijo y a su hija encadenados. No llora, no dice nada. Después ve pasar, encadenado también, a uno de sus servidores. Entonces empieza a gemir y arrancarse los cabellos. Tú mismo puedes inventar ejemplos. ¿Ves?, hay casos en que no se debe llorar, si no, uno es inmundo. Pero si dejas caer un leño en tu pie, puedes hacer lo que quieras; gimotear, llorar, saltar sobre el otro pie. Lo estúpido sería mantenerse todo el tiempo estoico; sería agotarse para nada."

"La primera vez que te besé estaba sentada sobre unas ortigas; se me había levantado el vestido, tenía los muslos llenos de pinchazos y al menor movimiento, nuevos pinchazos. Bueno, allí no hubiera bastado el estoicismo. Tú no me turbabas nada, no sentía un deseo particular por tus labios; el beso que iba a darte era de una importancia mucho mayor, era un compromiso, un pacto. Entonces ¿comprendes?, el dolor resultaba impertinente, no me era permitido pensar en mis muslos en un momento como aquél. No bastaba ocultar mi padecimiento; era preciso no padecer."

La Náusea de Jean-Paul Sartre.

Últimos apuntes de "La Náusea"...

"- Lo sé. Sé que nunca más encontraré nada ni nadie que me inspire pasión. Tú sabes que ponerse a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, al principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace. Sé que nunca más saltaré.

- ¿Por qué?

- Tampoco es bueno para mí mirar demasiado tiempo los objetos. Los miro por saber qué son y tengo que apartar rápidamente los ojos.

- Pero ¿por qué?

- Me dan asco."

La Náusea de Jean-Paul Sartre.

Madrid 38,5º...

En Madrid con mucha fiebre...

Fantástico día el de hoy, muchas frases sobre los putos actores, frases célebres dichas por un hombre célebre...

Fantástico día el de hoy, hasta que después de comer comenzaron las putas Náuseas...

Las putas Náuseas que me hicieron abandonar el grupo para vomitar sin parar en el cuarto de baño...

Ya mi estómago no paró...
Mi estómago volvió a dejarse ver en una escalera del metro...
La gente pasaba y yo no paraba de vomitar...
Nadie me ofreció ni un puto pañuelo...
Creerían que era un yonki de resaca...

Y allí estaba yo, vomitando en las escaleras, llenas de trocitos de maíz de la puta ensalada del medio día...

Allí estaba yo, pidiendo un puto pañuelo que nadie me ofrecía y nadie pretendía darme...

Salgo del metro...
Mi estómago se quiere dar la vuelta...
Mucho frío, yo muy caliente...
Doy vueltas para buscar una puta farmacia...
Me pierdo por las putas calles de Madrid...
Consigo medicina a la media hora...

La ingiero...

Entro en casa, me meto en la cama con todo puesto...
Tiemblo...
Estoy ardiendo...
Tiemblo...
Estoy ardiendo...

Te necesito...
Necesito tu mano en mi frente...
Necesito tus besos y tus cuidados...
Pero no estás aquí...

Ahora sigo con la misma fiebre... Pero al menos puedo moverme y escribir... Al menos puedo pensar con mi cabeza a punto de estallar...

Y pienso...
Pienso en la puta casualidad... Termino de leerme la Náusea y se manifiesta la "LA GRAN NÁUSEA"... Me hace escupir todo... Me hace explotar por dentro y no me deja trabajar...

¿Casualidad o causalidad?

La fiebre sigue sin bajar...
Mi cuerpo pesa toneladas...

En Madrid a 38,5º...

viernes, 15 de enero de 2010

Lágrimas de Náusea...

Ayer viajé a Madrid en bus...

Terminé de leer la Náusea de Sartre...

Al terminar, lloré y comencé a sentirme vacío...

Y todo esto ¿para qué?...
Y todo esto ¿por qué?...

Ahora desayuno, y al curso... Hacía un trabajo de ¿no-sentimiento?...

miércoles, 13 de enero de 2010

La maldita Náusea...



"Ya no puedo hablar, doblo la cabeza... Mastico penosamente un trozo de pan que no me decido a tragar. Los hombres. Hay que amar a los hombres. Los hombres son admirables. Me dan ganas de vomitar, y de pronto ahí está: la Náusea."

Jean-Paul Sartre. La Náusea.


miércoles, 6 de enero de 2010

Un dia más... Pasado...

Todo el tiempo es pasado...

¿De que sirvé realmente el pasado?

Todos llegaremos al final...

martes, 5 de enero de 2010

Existo...

"Existo. Es algo dulce, tan dulce, tan lento. Y leve; como si se mantuviera solo en el aire. Se mueve. Por todas partes, roces que caen y se desvanecen. Muy suave, muy suave. Tengo la boca llena de agua espumosa. La trago, se desliza por mi garganta, me acaricia y renace en mi boca. Hay permanentemente en mi boca un charquito de agua blancuzca- discreta -que me roza la lengua. Y este charco también soy yo. Y la lengua. Y la garganta soy yo."

La náusea de Jean-Paul Sartre.


Hoy me siento más vivo.
Números y cifras sobre mi sustancia roja, me dicen que estoy sano y vivo.

domingo, 3 de enero de 2010

Los mendigos...

Volvía de salir. Es decir, de hacer lo que todo el mundo hace hoy en día, beber hasta poder encontrarle algún sentido a la música insoportable, y sobre todo, a esa gente de la "noche" aún más insoportable.

En "La Caixa" de mi calle, dos mendigos habían montado su nido de amor. Los he contemplado durante un largo rato. Tenían cara de cansancio pero de placer al poder dormir calentitos y juntos.

Ellos, en ese momento, eran felices.

Esta noche solo deseaban dormir calientes y abrazados.

Nosotros seguimos pidiendo más a la vida, es decir, seguimos buscando la PUTA FELICIDAD.

sábado, 2 de enero de 2010

Una especie de náusea en las manos...

"El pasado es un lujo de propietario.

¿Dónde habría de conservar yo el mío? Nadie se mete el pasado en el bolsillo; hay que tener una casa para acomodarlo. Mi cuerpo es lo único que poseo; un hombre solo, con su cuerpo, no puede detener los recuerdos; le pasan a través.

No debería quejarme: sólo quise ser libre.

Restos sin memoria."

Jean Paul Sartre