miércoles, 21 de diciembre de 2016

Sayat Nova...



Vuelvo de la filmoteca de ver Sayat Nova.

La belleza me pone muy cachondo, el misterio me pone muy cachondo, lo desconocido me pone muy cachondo, lo que no es posible palpar, lo imposible me pone muy cachondo.

No podía casi retener mi excitación en la sala, me hubiera masturbado frente a esa pantalla gigante llena de belleza imposible.

Pero la luz se enciende y llega lo conocido, mi excitación desaparece al instante.

Lo cotidiano me aburre, me desilusiona.

Ojalá pudiera largarme a Venecia, a esa Venecia de suelo rojo y paredes doradas.
A esa Venecia de mujeres poderosas y hombres débiles que sudan y gritan.

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